El dolor es el primer motivo de consulta en la clínica general y, dentro de estas consultas, el dolor musculoesquelético representa más del 80 % de los casos. El dolor lumbar, en particular, se mantiene desde hace dos décadas como la principal causa de discapacidad a nivel mundial. Las razones de esta persistencia resultan en gran medida desconocidas: pese a los avances científicos en diagnóstico y tratamiento, no hemos logrado modificar la incidencia ni la carga de enfermedad. Esto sugiere que el problema no radica tanto en la tecnología, sino en la forma en que conceptualizamos el dolor y sus posibles soluciones.
En la práctica diaria vemos pacientes que, tras múltiples tratamientos sintomáticos —farmacológicos, físicos o intervencionistas—, permanecen atrapados en un estado de dolor crónico. Una posible explicación es que el modelo predominante ha centrado la atención en la fisiología del dolor y en sus mecanismos de modulación, pero ha prestado menos atención a los procesos que lo originan.
En este sentido, el artículo publicado en Journal of Research and Practice on Musculoskeletal System aporta una perspectiva novedosa al introducir el concepto de factores mecánicos prenociceptivos: condiciones que anteceden a la activación de los nociceptores y que, si no se identifican, predisponen a la cronificación. Estos factores incluyen, por un lado, la sobrecarga mecánica que excede la capacidad adaptativa de los tejidos, y por otro, las capacidades motoras del sistema osteo-mio-neuro-articular —fuerza, resistencia, control motor-estabilidad y flexibilidad— cuya insuficiente adaptación puede facilitar el desarrollo del dolor persistente.
El valor de este planteo es desplazar la mirada hacia una etapa previa, muchas veces invisible en la evaluación clínica. Reconocer y actuar sobre los factores prenociceptivos abre la posibilidad de intervenciones más preventivas y restaurativas: reducir cargas excesivas, optimizar la función neuromuscular y reforzar la capacidad adaptativa del sistema. De este modo, no se trata solo de controlar el dolor una vez instaurado, sino de modificar el terreno que lo hace posible.
En síntesis, este artículo propone un cambio de perspectiva que puede enriquecer la práctica clínica: entender que el dolor musculoesquelético no comienza en el nociceptor, sino antes, en la interacción entre cargas y función.
Referencia:
Guzzardo MN, Guzzardo DR, Arias-Vázquez PI. The Role of Pre-nociceptive Mechanical Factors in the Physiopathology of Musculoskeletal Pain. J Res Pract Musculoskelet Syst. 2025;9(1):12-20. doi:10.22540/JRPMS-09-01213. Disponible en: JRPMS